miércoles, 21 de octubre de 2009

Una reflexión sobre lo que me pasa












Hay dos maneras de pensar.
Una es pensar pensando que se piensa.

La otra es pensar sin pensar
o no pensar nada, excepto en aquello que se piensa.

Yo no consigo pensar de ninguna de las dos maneras.
Ni bien me pongo a pensar pensando que estoy pensando,

en seguida me olvido de que estaba pensando.
Es porque me concentro mucho en lo que pienso?

Puede ser, pero no creo, porque al pensar
pienso en aquello que pienso, pero hasta el punto

de que pienso en cómo pensaría eso mismo si pensara
y es justo ahí cuando noto que me olvido lo que pensaba.



Lapsusmentis

viernes, 9 de octubre de 2009

Ruinas















Donde sea que la desierta ausencia ponga huevos
y la tarde hacia su nunca pierda la tardanza,
donde crucen las miradas áridas dos ciegos
y se muera de vieja y sin hijos las esperanza;

donde el silencio suene como un oscuro gozne
que abra la puerta abierta sin puerta de la nada,
donde sea inútil ya que diga cualquier nombre
porque allá las palabras esconden más palabras;

en ese lugar que tanto busco y nunca hallo
y que ahora no puedo ya no encontrar perdido
la muerte me imagina durmiendo sin descanso,

y en su sueño, insomne, me piensa pensativo
como en espejo, los ojos fijos en su adagio,
arrojando estos versos; donde habite el olvido.

sábado, 3 de octubre de 2009

breve diálogo con un banquero de piedra


(bruxelles)


yo no sé cómo es eso de querer sin querer
de tener sin desear de tomar sin morirse / de sed
pero tampoco sé ya decir la verdad / ser sincero
dividir el amor y decir hasta acá / resto cero


nunca entendí la angustia de llorar al decir
el temor al callar el dolor al reír
el tener las palabras y cerrada la boca
y decir con las lágrimas que también el amor / se equivoca



viernes, 2 de octubre de 2009

Bajón


Veintitrés de diciembre en esta mustia
tarde de un verano macilento,
rodeado de gentes y de angustias
camino la avenida a paso lento.

Pienso quizá en otra tarde, en otro tiempo,
cuando la vida tenía otro cariz
y otro cielo y otro sueño… y ahora tengo
casi nada apenas para ser feliz.

Y esta avenida es cualquier avenida
y esta tarde es una tarde cualquiera
en que salgo a caminar a la deriva
para olvidar al que soy en el que era,

pero Rivadavia ineludible, eterna,
y su aterradora torre no me olvidan.