Hemos vuelto en nuestra versión cibernética. Esta revista llamada Sociedad Anonima se enciende nuevamente esperando juntar nuevos adeptos. Este proyecto nació como un juego hace ya muchos años en el secundario y hoy renace de las cenizas como el ave fénix, por eso el nombre de blog es ave fénix anónima. Espero les guste y participen. Recibimos poemas, poesias, prosa con rima y sin rima. Axolott
viernes, 6 de noviembre de 2009
DEFINCIÓN DE ARTE
Una ficción es creer que con palabras, de un momento a otro, se puede lograr en el otro lo que el otro no puede lograr con sus acciones.
martes, 3 de noviembre de 2009
A la vuelta de lo que me pasa
Para escribir hay que tener motivación.
Quiero decir, hay que tener una idea motora
que haga fluir las letras como un torrente.
Yo me siento a escribir ahora y no tengo
esa motivación que digo que hay que tener.
¿Qué puedo escribir entonces, sin motivación?
Poco y nada. Casi nada. A nadie le va a interesar
lo que pueda decir si escribo sin ganas, ni ideas.
Sin embargo considero que escribir así, a veces
puede resultar un desafío o, mejor dicho,
un tratar de hacer algo que no todos pueden,
algo a lo que tal vez no todos se animan.
Escribir inspirado por las musas es fácil,
es como descargar líquido de una represa.
En cambio, esto que me pasa ahora es como
ponerse a dilucidar en la oscuridad,
a contar lo que me falta, a sufrir hambre.
Yo nunca sufrí hambre, lamentablemente.
Digo “lamentablemente” porque si supiera
lo que es sufrir hambre, ahora mismo escribiría
sobre algo concreto, sobre mi vida sensorial.
En cambio, escribir así, sin timón, se parece mucho
a no tener nada después de haberlo perdido todo.
Tampoco es mi caso, yo no perdí nada,
ni nunca sentí tampoco que tuviera todo,
pero escribo como si ya hubiera perdido todo
y ya nada me importara.
Nunca tuve hambre y escribo como el que siente hambre.
Tampoco tengo penas… y estoy triste.
J.D.
Quiero decir, hay que tener una idea motora
que haga fluir las letras como un torrente.
Yo me siento a escribir ahora y no tengo
esa motivación que digo que hay que tener.
¿Qué puedo escribir entonces, sin motivación?
Poco y nada. Casi nada. A nadie le va a interesar
lo que pueda decir si escribo sin ganas, ni ideas.
Sin embargo considero que escribir así, a veces
puede resultar un desafío o, mejor dicho,
un tratar de hacer algo que no todos pueden,
algo a lo que tal vez no todos se animan.
Escribir inspirado por las musas es fácil,
es como descargar líquido de una represa.
En cambio, esto que me pasa ahora es como
ponerse a dilucidar en la oscuridad,
a contar lo que me falta, a sufrir hambre.
Yo nunca sufrí hambre, lamentablemente.
Digo “lamentablemente” porque si supiera
lo que es sufrir hambre, ahora mismo escribiría
sobre algo concreto, sobre mi vida sensorial.
En cambio, escribir así, sin timón, se parece mucho
a no tener nada después de haberlo perdido todo.
Tampoco es mi caso, yo no perdí nada,
ni nunca sentí tampoco que tuviera todo,
pero escribo como si ya hubiera perdido todo
y ya nada me importara.
Nunca tuve hambre y escribo como el que siente hambre.
Tampoco tengo penas… y estoy triste.
J.D.
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