La piel de cada día
IVquiero escribir contra el aceite de las letras
contra ese pez de danza que me huye por dentro
contra esta enorme brújula endosada a mi sangre
contra el despeñadero que me arroja
ejemplos y cenizas
quiero escribir que no me escribo
que me releva el largo discurso de mis venas
que penetran en mí los aldabones
que no usaré sus puertos
ni sus viejos galeones de ternura
que creceré con este viaje adentro
que guardo el mar y no me guardo
que ya me voy fundiendo en otros dedos
y he de bajar hasta subir la torre
y he de subir hasta bajar al eco
figurativo y cruel
porque os salvo los ojos
porque el sueño y el alba de estos niños
me duele y se me quema en cada nombre
Raúl Gustavo Aguirre
en
Cuerpo del horizonte (1951)
Soledad desnuda
IEste silencio entre los dos tendido
-voz conformada en virgen resonancia-
desde tus ojos, hondos de distancia,
hasta mi corazón atardecido;
este silencio que es sollozo huido,
penumbra de tu voz y su constancia,
terrestre fuga, vino que se escancia
para un ensueño que ama ser olvido,
este silencio como un cauce blando
donde callada el alma se desliza
claro río de amor unificando,
sobre el que se te inclina la sonrisa,
Narcisa de cristal, dulce Narcisa,
Salvadora de lágrimas, llorando…
Martínez Howard (argentino)
en
Presencia por el aire (1944)