Las nubes, las nubes son como campanas
que caminan, que caminan por el cielo
dando pasos lentos, a tientas, lento,
como un ciego guía al día a la mañana.
Estas nubes blancas que cambian y cambian
no conocen la memoria, no distinguen
las tardes soñadas en las que te quise
de otras tardes que recuerdo solitarias.
Inocente nube, algodón perdido
por el mar herido del cielo naufragas;
monumento que recuerdas el olvido
de las horas que se han ido y son pasadas.
Culpables, las nubes porque siempre han sido
puertas tristes que dan hacia nada… nada…
10 / enero /2012
Lo aclaro, no soy Herrera, ni el Fernando de... ni el Ricardo H... No tengo el credo del arte formal... pero sí creo en el rigor científico de la teoría de la composición (que es una chamuyo que escribió Poe para ganar plata; el cuervo no fue pensado así como dice Poe, a mí no me parece así al menos; pero sí el rigor que esgrime Poe fue internalizado con varios de "pecados de juventud"...) y el arte concreto y en la jornada de ocho horas girondiana... Si hubiera una razón a priori para establecer que un tipo de poesía es mejor que otra, me dejaría de gustar la poesía... Por favor, consideren estos poemas sonetos como juveniles y... altamente pecaminosos.
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