carry your heart with me
i carry your heart with me (i carry it in
my heart) i am never without it (anywhere
i go you go, my dear; and whatever is done
by only me is your doing, my darling)
i fear
no fate (for you are my fate, my sweet) i want
no world (for beautiful you are my world, my true)
and it's you are whatever a moon has always meant
and whatever a sun will always sing is you
here is the deepest secret nobody knows
(here is the root of the root and the bud
of the bud and the sky of the sky of a tree called life; which grows
higher than soul can hope or mind can hide)
and this is the wonder that's keeping the stars apart
i carry your heart (i carry it in my heart)
by E.E. Cummings
(versión castellana)
Llevo tu corazon conmigo
Llevo tu corazon conmigo,
lo llevo en mi corazon,
nunca estoy sin el.
Adonde quiera que voy vas tú, mi amor.
Y aquello que hago yo sola
es gracias a ti, mi cielo.
No le temo al destino, puesto que eres mi destino, cariño.
No quiero ningun mundo porque hermosa
eres mi mundo, mi bien.
Este es el secreto más profundo que nadie conoce...
Esta es la raíz de la raíz
y el brote del brote
y el cielo del cielo de un árbol llamado vida
que crece más alto de lo que el alma pueda esperar... o la mente ocultar.
Es la maravilla que mantiene las estrellas separadas .
Llevo tu corazón.
Lo llevo en mi corazón.
(tr. desconocido y prófugo, claro)
La selección de este poema hermoso fue hecha por Edge.
Hemos vuelto en nuestra versión cibernética. Esta revista llamada Sociedad Anonima se enciende nuevamente esperando juntar nuevos adeptos. Este proyecto nació como un juego hace ya muchos años en el secundario y hoy renace de las cenizas como el ave fénix, por eso el nombre de blog es ave fénix anónima. Espero les guste y participen. Recibimos poemas, poesias, prosa con rima y sin rima. Axolott
jueves, 27 de diciembre de 2007
martes, 25 de diciembre de 2007
Relación
Entre la poesía que vive en tu corazón y la amapola existe un contrato
escrito por el viento y firmado por la destrucción.
Está escrito con una pluma de grulla
mojada en sangre de libélulas.
Para ambos el problema consiste
en saber cómo burlar con astucia a la vida
para que dé su fragancia en las palabras y así éstas
puedan parir sueños sólidos.
Sí, los sueños tienen que construirse más firmes que las ciudades
y diariamente deben ser remendados
y reparados tras los ataques cotidianos y corrosivos del diente de la utilidad
que es peor que el diente del tiempo.
Harry Martinson
Las hierbas de Thule
1958
escrito por el viento y firmado por la destrucción.
Está escrito con una pluma de grulla
mojada en sangre de libélulas.
Para ambos el problema consiste
en saber cómo burlar con astucia a la vida
para que dé su fragancia en las palabras y así éstas
puedan parir sueños sólidos.
Sí, los sueños tienen que construirse más firmes que las ciudades
y diariamente deben ser remendados
y reparados tras los ataques cotidianos y corrosivos del diente de la utilidad
que es peor que el diente del tiempo.
Harry Martinson
Las hierbas de Thule
1958
jueves, 20 de diciembre de 2007
¿escribo?
Y escribir. Escribir para el odio, para el amor.
Escribir para un loco, para un desahuciado.
Y por que no escribir por escribir, sin un sentido, sin una causa.
Hoy escribo un pensamiento, una palabra.
Escribir es pensar y volcar,
es decir y sentir.
Pienso un concepto, una definición.
Escribir por escribir te libera, te suelta.
Escribir sin una razón, sin un destinatario.
Empecé a escribir por un sentimiento, que si miento verán,
que ya no se refleja en mi escrito, sino que rimo y grito
por que hoy mi sentimiento es otro, y si escribo por que escribo,
y si no escribo, ¿porque no escribo?.
Escribir para un loco, para un desahuciado.
Y por que no escribir por escribir, sin un sentido, sin una causa.
Hoy escribo un pensamiento, una palabra.
Escribir es pensar y volcar,
es decir y sentir.
Pienso un concepto, una definición.
Escribir por escribir te libera, te suelta.
Escribir sin una razón, sin un destinatario.
Empecé a escribir por un sentimiento, que si miento verán,
que ya no se refleja en mi escrito, sino que rimo y grito
por que hoy mi sentimiento es otro, y si escribo por que escribo,
y si no escribo, ¿porque no escribo?.
miércoles, 19 de diciembre de 2007
Sobre el duro oficio
Escribir. Puede ser una declaración, una declamación, escribir. Describir. Se puede hablar mucho, de todo un poco. Escribiendo, escarbando, escudriñando lo oscuro de la hoja blanca.
A veces es alegre escribir. Es decir. Es crear. Escribir. Es cruzar de hemisferios el cerebro. Es que casi siempre se escribe desde el dolor. Se dice el dolor. Se alegra uno al decirlo, al decírselo. Se alivia, se olvida, se exorciza a uno mismo. Es siempre dulce escribir el propio dolor. Y es a la vez doloroso describir el dulzor de ese dolor.
Si me pedís que escriba de lo lindo que es escribir, que es cribarse, escribirse, inscribirse en la letra, deletrearse la dulzura deletérea de esa dolencia, delatarse y dilatarse deleitándose, escribir: mi dilación dialéctica dilecta, escribir: delicado delirio delicioso. Escribir es grabar el grito en el grosor del silencio. Escribir es gravar el aire con intenciones intensas, es pesar el peso específico del pasado pesaroso.
Escribo, estorbo. Es torvo hábito. Puede ser una toma de hábito. Una habitación deshabitada a la que habitualmente citamos y concurren todos los ausentes sin retraso. Escribo, exhalo. Es halo auténtico, inmanente, desmontable (desmentible todo lo que escribo). Lo una vez mentado es mentido y metido sin método por metástasis de mitos. Y va de boca en boca equivocado. Desdecible lo que diga. Desde sí y desde siempre.
Sólo yo oso escribir y suscribir a este secreto sollozo que secreto yo solo. Cuando escribo entono mi propia marcha fúnebre (dijo Blanchot y dio un blank-shot). Si no me concedés vos la voz, escribir es cavar y excavar el foso con la fosa bucal. Es croar y croar.
Investido de silencio he embestido otros silencios. Desoyes, desuellas las pausas. Y redigo y desdigo. Pito y repito. Y nada todo en una marejada de miradas sin voz. Sin ésa, vos. Sin esa vez al revés en que vos me ves o verías de veras si me vieras a veces. Voz sin boca que besa sin visos de voz.
Sigo yo. Aunque siego o niego sin sosiego el ego de voz, sigo yo, solo. Lleno de sosías que repiten ecos de huecos ruegos. Los ecos de mis suecos de tos que hacen toc toc. Y nadie contesta, nadie con testa me contesta esto (dice Thénon), este texto que te testo a vos que tanto te detesto.
A veces es alegre escribir. Es decir. Es crear. Escribir. Es cruzar de hemisferios el cerebro. Es que casi siempre se escribe desde el dolor. Se dice el dolor. Se alegra uno al decirlo, al decírselo. Se alivia, se olvida, se exorciza a uno mismo. Es siempre dulce escribir el propio dolor. Y es a la vez doloroso describir el dulzor de ese dolor.
Si me pedís que escriba de lo lindo que es escribir, que es cribarse, escribirse, inscribirse en la letra, deletrearse la dulzura deletérea de esa dolencia, delatarse y dilatarse deleitándose, escribir: mi dilación dialéctica dilecta, escribir: delicado delirio delicioso. Escribir es grabar el grito en el grosor del silencio. Escribir es gravar el aire con intenciones intensas, es pesar el peso específico del pasado pesaroso.
Escribo, estorbo. Es torvo hábito. Puede ser una toma de hábito. Una habitación deshabitada a la que habitualmente citamos y concurren todos los ausentes sin retraso. Escribo, exhalo. Es halo auténtico, inmanente, desmontable (desmentible todo lo que escribo). Lo una vez mentado es mentido y metido sin método por metástasis de mitos. Y va de boca en boca equivocado. Desdecible lo que diga. Desde sí y desde siempre.
Sólo yo oso escribir y suscribir a este secreto sollozo que secreto yo solo. Cuando escribo entono mi propia marcha fúnebre (dijo Blanchot y dio un blank-shot). Si no me concedés vos la voz, escribir es cavar y excavar el foso con la fosa bucal. Es croar y croar.
Investido de silencio he embestido otros silencios. Desoyes, desuellas las pausas. Y redigo y desdigo. Pito y repito. Y nada todo en una marejada de miradas sin voz. Sin ésa, vos. Sin esa vez al revés en que vos me ves o verías de veras si me vieras a veces. Voz sin boca que besa sin visos de voz.
Sigo yo. Aunque siego o niego sin sosiego el ego de voz, sigo yo, solo. Lleno de sosías que repiten ecos de huecos ruegos. Los ecos de mis suecos de tos que hacen toc toc. Y nadie contesta, nadie con testa me contesta esto (dice Thénon), este texto que te testo a vos que tanto te detesto.
viernes, 14 de diciembre de 2007
GOTÁN
Esa mujer se parecía a la palabra nunca,
desde la nuca le subía un encanto particular,
una especie de olvido donde guardar los ojos,
esa mujer se me instalaba en el costado izquierdo.
Atención atención yo gritaba atención
pero ella invadía como el amor, como la noche,
las últimas señales que hice para el otoño
se acostaron tranquilas bajo el oleaje de sus manos.
Dentro de mí estallaron ruidos secos,
caían a pedazos la furia, la tristeza,
la señora llovía dulcemente
sobre mis huesos parados en la soledad.
Cuando se fue yo tiritaba como un condenado,
con un cuchillo brusco me maté
voy a pasar toda la muerte tendido con su nombre,
él moverá mi boca por la última vez.
Juan Gelman
Este es un regalo de un amigo, MUY AMIGO, que el 11 me hizo feliz con una sola frase y despues me regalo este poema.
"... yo tambien tengo que estudiar... pero quiero tener otras prioridades..." o algo asi... y me hizo sentir muy especial, muy amiga, muy querida!... Gracias!!
desde la nuca le subía un encanto particular,
una especie de olvido donde guardar los ojos,
esa mujer se me instalaba en el costado izquierdo.
Atención atención yo gritaba atención
pero ella invadía como el amor, como la noche,
las últimas señales que hice para el otoño
se acostaron tranquilas bajo el oleaje de sus manos.
Dentro de mí estallaron ruidos secos,
caían a pedazos la furia, la tristeza,
la señora llovía dulcemente
sobre mis huesos parados en la soledad.
Cuando se fue yo tiritaba como un condenado,
con un cuchillo brusco me maté
voy a pasar toda la muerte tendido con su nombre,
él moverá mi boca por la última vez.
Juan Gelman
Este es un regalo de un amigo, MUY AMIGO, que el 11 me hizo feliz con una sola frase y despues me regalo este poema.
"... yo tambien tengo que estudiar... pero quiero tener otras prioridades..." o algo asi... y me hizo sentir muy especial, muy amiga, muy querida!... Gracias!!
sábado, 8 de diciembre de 2007
otros lapsus de mi cálamo
Las cosas mal pero hay que hacerlas, (pero no hay que hacerlas mal).
Entonces el que calla otorga (el silencio).
El silencio es como un cheque en blanco, la voz sería la cifra de ese cheque al portador.
Quizá el exceso de comienzos... se deba a una clara ausencia de fines...
Hay que hacer que la razón acompañe a los sentimientos, para no tomar detergente cuando se tiene sed de burbujas.
Cuando escribo pienso en retacear lo que pienso, de ahí que no parezca que piense demasiado lo que escribo
Cada silencio nos deja otro silencio cuando muere, el silencio de su muerte, el sentido que nace con su muerte…
Lo ancho de la ausencia, lo largo de la distancia, siempre, siempre lo cubre una esperanza inmensa.
No se trata de caracteres más profundos o más superficiales, sino de una selectiva predisposición de vértigo en el que escucha.
La vida es ese lugar donde se encuentra uno buscando encontrarse.
Mi mal: tener el deseo rengo, quedarme lejos la esperanza.
Cáncer de amor: los quistes del quisiste.
Entonces el que calla otorga (el silencio).
El silencio es como un cheque en blanco, la voz sería la cifra de ese cheque al portador.
Quizá el exceso de comienzos... se deba a una clara ausencia de fines...
Hay que hacer que la razón acompañe a los sentimientos, para no tomar detergente cuando se tiene sed de burbujas.
Cuando escribo pienso en retacear lo que pienso, de ahí que no parezca que piense demasiado lo que escribo
Cada silencio nos deja otro silencio cuando muere, el silencio de su muerte, el sentido que nace con su muerte…
Lo ancho de la ausencia, lo largo de la distancia, siempre, siempre lo cubre una esperanza inmensa.
No se trata de caracteres más profundos o más superficiales, sino de una selectiva predisposición de vértigo en el que escucha.
La vida es ese lugar donde se encuentra uno buscando encontrarse.
Mi mal: tener el deseo rengo, quedarme lejos la esperanza.
Cáncer de amor: los quistes del quisiste.
De lo que nada se sabe...
Pienso, luego existo
Sócrates
La pregunta que me hacía frecuentemente era si tenía que ver con la perspectiva, y si debía atender el teléfono que sonaba insistentemente. No puedo negar que me intrigaba saber, aunque suponía de antemano que para mí no era. Pero seguro me sacaría de mi recorrido. ¿Esperaría el llamado de alguien? No sabiéndolo con precisión y realimentando mi curiosidad por develar ese misterio que se me presentaba abruptamente y que jugaba saltimbanqui, siempre sería así… como los canarios cautivos a los cuales no les permitía que me alegraran con sus cantos. O la radio con sus noticias para mí carentes de todo sentido, y de mínimo interés. De pronto era ese complejo macizo montañoso del centro de Europa, o esos albañiles que debían levantar paredes de 3 x 3 con cierta cantidad de ladrillos con incógnitas de roturas o retrasos del transporte en el envío, sabiendo que se dependía de determinado tiempo –lo que debía importarme, para no estar luego agazapado detrás de las anchas espaldas del ocasional compañero de banco, mientras la gota de sudor caía con fuerza perforando el pupitre y el rubor tomaba cuerpo, como si estuviera maniatado, adherido a la estaca y desde abajo elevándose, alcanzando los 100º de temperatura, mientras el pulso y el corazón saltaban estrepitosamente, que sólo el gong de la hora aquietaba. Era como esos boxeadores que, soportando tamaño castigo, al anuncio de la campana volvían a unir toda su materia disgregada.
Sócrates
La pregunta que me hacía frecuentemente era si tenía que ver con la perspectiva, y si debía atender el teléfono que sonaba insistentemente. No puedo negar que me intrigaba saber, aunque suponía de antemano que para mí no era. Pero seguro me sacaría de mi recorrido. ¿Esperaría el llamado de alguien? No sabiéndolo con precisión y realimentando mi curiosidad por develar ese misterio que se me presentaba abruptamente y que jugaba saltimbanqui, siempre sería así… como los canarios cautivos a los cuales no les permitía que me alegraran con sus cantos. O la radio con sus noticias para mí carentes de todo sentido, y de mínimo interés. De pronto era ese complejo macizo montañoso del centro de Europa, o esos albañiles que debían levantar paredes de 3 x 3 con cierta cantidad de ladrillos con incógnitas de roturas o retrasos del transporte en el envío, sabiendo que se dependía de determinado tiempo –lo que debía importarme, para no estar luego agazapado detrás de las anchas espaldas del ocasional compañero de banco, mientras la gota de sudor caía con fuerza perforando el pupitre y el rubor tomaba cuerpo, como si estuviera maniatado, adherido a la estaca y desde abajo elevándose, alcanzando los 100º de temperatura, mientras el pulso y el corazón saltaban estrepitosamente, que sólo el gong de la hora aquietaba. Era como esos boxeadores que, soportando tamaño castigo, al anuncio de la campana volvían a unir toda su materia disgregada.
Sí, definitivamente, la perspectiva del lugar tenía que ver, para que todo tenga que ver con todo.
Lapsuscalami, el viejo (o sea, mi papá)
viernes, 7 de diciembre de 2007
Sabias que...?
Sin saber lo sabido
me dedique a no saber lo que debía saber,
pues si ellos sabían que yo sabia,
el saber se iba a volver en nuestra contra.
Corrí, empuje, supe.
Supe que cruzando esa puerta no habría otro saber,
que mi mente en blanco se llenaría de un solo contenido,
el saber del sabido,
que no solo sabe lo que sabe,
sino que no sabe lo que sabe,
y ese saber oculto se vuelve un saber latente,
un saber que late,
un saber que sabe,
que sabe a durazno,
eso se yo.
me dedique a no saber lo que debía saber,
pues si ellos sabían que yo sabia,
el saber se iba a volver en nuestra contra.
Corrí, empuje, supe.
Supe que cruzando esa puerta no habría otro saber,
que mi mente en blanco se llenaría de un solo contenido,
el saber del sabido,
que no solo sabe lo que sabe,
sino que no sabe lo que sabe,
y ese saber oculto se vuelve un saber latente,
un saber que late,
un saber que sabe,
que sabe a durazno,
eso se yo.
martes, 4 de diciembre de 2007
Sin Nombre
Una noche de silencio, de tormenta, un aroma a jazmines inundaba el aire... asi comenzo todo.
En el silencio de la noche,
miro tu rostro,
tan tranquilo, tan perfumado.
Perfumado de silencio,
del silencio de tus labios,
que gritan todo el tiempo lo que no alcanzan.
Lentamente me acerco,
te beso,
te miro,
huelo tu perfume,
ese perfume de silencio,
ese silencio que es un abismo,
y que a la vez es un sueño.
En el silencio de la noche,
miro tu rostro,
tan tranquilo, tan perfumado.
Perfumado de silencio,
del silencio de tus labios,
que gritan todo el tiempo lo que no alcanzan.
Lentamente me acerco,
te beso,
te miro,
huelo tu perfume,
ese perfume de silencio,
ese silencio que es un abismo,
y que a la vez es un sueño.
Como adoro el aroma a los jazmines... esa noche ese aroma fue especial, fue magia, fue soñado, fue hablar sin hablar, fue crear el silencio.
Saludos a todos!!...
Me gustan estos topicos lapsus!!...
sábado, 1 de diciembre de 2007
A callarse
Los invito a todos a escribir algo interesante sobre "el silencio", lo que quieran... desde la perspectiva que más les interese. Acá cuelgo dos cosas que me escribieron dos grandes pensadoras... de una calidad muy díficil de superar (espero no me denuncien por copyright).
El silencio sin palabras
Los silencios muchas veces encierran muchas palabras, muchos significados, y otras son simplemente silencios, ganas de no hablar, ganas de callar.
Los silencios encierran odios, alegrías, tristezas, emociones, según como se los interprete. No es bueno tampoco analizar demasiado a los silencios, ya que debido a su falta de palabras, podemos llegar a conclusiones subjetivas.
Los silencios son malos sólo cuando se tiene mucho que decir y no se lo hace. Pueden llegar a ser dañinos cuando el otro espera escuchar palabras y solo recibe silencios, o cuando sin saber que el otro las espera, respondemos inevitablemente con silencios.
Pero son hermosos cuando no hay nada que decir y encontramos a alguien que nos hace compañía con nuestros silencios.
No me pidas demasiadas palabras, acompáñame en mis silencios. O como diría Arjona, acompáñame al silencio de charlar sin las palabras.
Ahora, dime qué quieres escuchar.
Florencia D’Alessandro
El hablar del silencio
El silencio se deja escuchar sólo por el que sabe oír.
Son momentos que definen, son el principio o el final de una historia que nos transmite sensaciones (incomodidad, tranquilidad, soledad) que buscan refugio en alguien que las sepa interpretar.
Mas diría yo que el silencio no existe porque, aunque no se emitiera sonido, lograríamos escuchar el detalle más escondido. Y aun así estaríamos comunicándonos con nuestros sentidos. Sería como escuchar algo tan profundo como los latidos del corazón, o algo tan imperceptible como el pestañar o el ritmo de la respiración. Así los silencios nos estarían dejando mucho que decir. Sólo se necesita aprender a escuchar su lenguaje. Y si a eso los hombres lo llaman silencio, pues entonces coincido en que existe y lo que hace falta sólo es aprender a escucharlo.
Clara Mellado
El silencio sin palabras
Los silencios muchas veces encierran muchas palabras, muchos significados, y otras son simplemente silencios, ganas de no hablar, ganas de callar.
Los silencios encierran odios, alegrías, tristezas, emociones, según como se los interprete. No es bueno tampoco analizar demasiado a los silencios, ya que debido a su falta de palabras, podemos llegar a conclusiones subjetivas.
Los silencios son malos sólo cuando se tiene mucho que decir y no se lo hace. Pueden llegar a ser dañinos cuando el otro espera escuchar palabras y solo recibe silencios, o cuando sin saber que el otro las espera, respondemos inevitablemente con silencios.
Pero son hermosos cuando no hay nada que decir y encontramos a alguien que nos hace compañía con nuestros silencios.
No me pidas demasiadas palabras, acompáñame en mis silencios. O como diría Arjona, acompáñame al silencio de charlar sin las palabras.
Ahora, dime qué quieres escuchar.
Florencia D’Alessandro
El hablar del silencio
El silencio se deja escuchar sólo por el que sabe oír.
Son momentos que definen, son el principio o el final de una historia que nos transmite sensaciones (incomodidad, tranquilidad, soledad) que buscan refugio en alguien que las sepa interpretar.
Mas diría yo que el silencio no existe porque, aunque no se emitiera sonido, lograríamos escuchar el detalle más escondido. Y aun así estaríamos comunicándonos con nuestros sentidos. Sería como escuchar algo tan profundo como los latidos del corazón, o algo tan imperceptible como el pestañar o el ritmo de la respiración. Así los silencios nos estarían dejando mucho que decir. Sólo se necesita aprender a escuchar su lenguaje. Y si a eso los hombres lo llaman silencio, pues entonces coincido en que existe y lo que hace falta sólo es aprender a escucharlo.
Clara Mellado
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