martes, 1 de julio de 2008

Queredlas cual las hacéis... o hacedlas cual las buscáis.

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Ésa te conviene, la dama de pensamientos. No hace falta consentimiento ni cortejo alguno. Sólo, de vez en cuando, una atenta y encendida contemplación.
Toma una masa homogénea y deslumbrante, una mujer cualquiera (de preferencia joven y bella), y alójala en tu cabeza. No la oigas hablar. En todo caso, traduce los rumores de su boca en un lenguaje cabalístico donde la sandez y el despropósito se ajusten a la melodía de las esferas.
Si en las horas agudas de tu recreación solitaria te parece imprescindible la colaboración de su persona, no te des por vencido. Su recuerdo imperioso te conducirá amablemente de la mano a uno de esos rincones infantiles en que te aguarda, sonriendo malicioso, su fantasma condescendiente y trémulo.

en Confabulario total (1941-1961)
Juan José Arreola
monstruo de las letras mexicanas

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Thanks. Im Inspired again.

lapsuscalami dijo...

who are you two? Aren't u viruses again? Well, thanks for your brief opinions... iULY