miércoles, 19 de diciembre de 2007

Sobre el duro oficio

Escribir. Puede ser una declaración, una declamación, escribir. Describir. Se puede hablar mucho, de todo un poco. Escribiendo, escarbando, escudriñando lo oscuro de la hoja blanca.

A veces es alegre escribir. Es decir. Es crear. Escribir. Es cruzar de hemisferios el cerebro. Es que casi siempre se escribe desde el dolor. Se dice el dolor. Se alegra uno al decirlo, al decírselo. Se alivia, se olvida, se exorciza a uno mismo. Es siempre dulce escribir el propio dolor. Y es a la vez doloroso describir el dulzor de ese dolor.

Si me pedís que escriba de lo lindo que es escribir, que es cribarse, escribirse, inscribirse en la letra, deletrearse la dulzura deletérea de esa dolencia, delatarse y dilatarse deleitándose, escribir: mi dilación dialéctica dilecta, escribir: delicado delirio delicioso. Escribir es grabar el grito en el grosor del silencio. Escribir es gravar el aire con intenciones intensas, es pesar el peso específico del pasado pesaroso.

Escribo, estorbo. Es torvo hábito. Puede ser una toma de hábito. Una habitación deshabitada a la que habitualmente citamos y concurren todos los ausentes sin retraso. Escribo, exhalo. Es halo auténtico, inmanente, desmontable (desmentible todo lo que escribo). Lo una vez mentado es mentido y metido sin método por metástasis de mitos. Y va de boca en boca equivocado. Desdecible lo que diga. Desde sí y desde siempre.

Sólo yo oso escribir y suscribir a este secreto sollozo que secreto yo solo. Cuando escribo entono mi propia marcha fúnebre (dijo Blanchot y dio un blank-shot). Si no me concedés vos la voz, escribir es cavar y excavar el foso con la fosa bucal. Es croar y croar.

Investido de silencio he embestido otros silencios. Desoyes, desuellas las pausas. Y redigo y desdigo. Pito y repito. Y nada todo en una marejada de miradas sin voz. Sin ésa, vos. Sin esa vez al revés en que vos me ves o verías de veras si me vieras a veces. Voz sin boca que besa sin visos de voz.

Sigo yo. Aunque siego o niego sin sosiego el ego de voz, sigo yo, solo. Lleno de sosías que repiten ecos de huecos ruegos. Los ecos de mis suecos de tos que hacen toc toc. Y nadie contesta, nadie con testa me contesta esto (dice Thénon), este texto que te testo a vos que tanto te detesto.

1 comentario:

Axolott dijo...

Ohhhhh me encantoooo... alucine al final con el "testo a vos que tanto te detesto"... ja le encontre el sentido, o lo que yo creo, al final, al leer las ultimas palabras.

Groso, sos groso, no queda otra. Loco guardalo esto eh!... algun dia vas a ser muy conocido y rico, bue rico no se, pero si muy reconocido y conocido, y esto estalla!.

Te kiero